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“No podemos acordarnos del campo únicamente en los momentos más difíciles”

Marcelo Altieri, presidente de Yara, debatió con el presidente de la SAC y los ministros de Agricultura y Ambiente sobre los retos del agro.

La emergencia del covid-19 ha puesto sobre la mesa algunos de los retos que enfrenta el sector agrícola del país, como la necesidad de conciliar la productividad con la sostenibilidad y la importancia de articular esfuerzos públicos y privados para ratificar el papel del agro como soporte de desarrollo económico.

Para abordar estos retos, el ministro de Agricultura, Rodolfo Zea, el ministro de Ambiente, Ricardo Lozano, el presidente de la SAC, Jorge Enrique Bedoya, y el director regional de Yara para el Cono Norte, Marcelo Altieri, se dieron cita en el foro ‘Cultivando nuestro futuro’, organizado por LR.

En la apertura del foro el ministro de Agricultura, Rodolfo Zea, afirmó que en medio de “una crisis para la que no estábamos preparado, en ese preservar de la vida de los colombianos tenemos el abastecimiento y la seguridad alimentaria. Desde que comenzó la pandemia se preservó la cadena de abastecimiento, y se buscó la seguridad alimentaria como un todo”.

El titular de la cartera, además agregó que “lo que buscamos es, a partir de esta crisis, verlo como una oportunidad para que desde la seguridad alimentaria y la cadena de abastecimiento tengamos ese crecimiento del sector agro, que permita que este país tenga esa reactivación económica en una segunda etapa y que tengamos oportunidades de ser despensa del mundo”.

“La crisis nos ha permitido encontrar que tenemos que ordenar la producción, usar mejor los suelos, que esa cultura del monocultivo en nuestros pequeños productores ha hecho que la seguridad alimentaria se ponga en riesgo. Hoy un pequeño productor cultiva yuca, pero dejó eso que hacían ancestros de tener gallinas y cerdos, y eso le daba seguridad alimentaria completa”, agregó.

Zea hizo énfasis en que “tenemos que hacer un trabajo en post de esa seguridad alimentaria en el campo, a través del extensionismo. También, nuestro campo se ha envejecido, no tenemos jóvenes en el campo, necesitamos programas de emprendimiento para que los jóvenes regresen al campo, las alianzas productivas. Los jóvenes y mujeres deben tener oportunidades en el campo, tenemos que ir más allá como la educación de los mayores en el campo, su gran anhelo que no solo sea que eduquen a los hijos y se vayan, sino que se eduquen para la actividad agropecuaria”.

En ese sentido, agregó el ministro, “la crisis nos llevó a pensar que debíamos mejorar la comercialización de los productos. Hoy tenemos problemas de sobreproducción, y lo que estamos buscando es que esa producción de alimento sea consumido por todo los colombianos, de esta manera mantener que cada uno de los eslabones funcionen”.

En el plan de largo plazo, en ese contexto, “tenemos que pensar en cómo mejorar la productividad con mejores semillas o sistemas mecanizados, y ampliar la frontera agrícola, pero también garantizar la venta de lo que se coseche, esa comercialización puede ser interna o externa”, dijo el titular de la cartera, que además señaló como premisas para ese plan “mejorar el ordenamiento territorial y de producción; propender por legalizar la propiedad de la tierra campesina; impulsar el catastro multipropósito; mejorar la productividad; dar valor agregado a los productos agropecuarios y garantizar la comercialización de lo que se coseche y se transforme para ser potencia exportadora o ser despensa del mundo”.

Por su parte Ricardo Lozano, ministro de Ambiente y Desarrollo Sostenible, anotó que “cuando llegamos al gobierno lo primero que nos pidió el presidente es que diseñáramos un plan de desarrollo basado en la sostenibilidad. Eso es muy importante, porque hemos reforzado estas acciones a raíz de la emergencia, pero desde el principio estamos trabajando en una sostenibilidad progresiva para el agro y el resto de sectores”.

Además, Lozano se refirió a un nuevo pacto de sostenibilidad, sostenido en los siguientes pilares: “agricultura sostenible, cómo podemos desde el campo acceder al recurso biológico, el uso sostenible de recursos del campo, el fortalecimiento de las capacidades para facilitar la vida de los campesinos y una política de prevención de riesgos sobre la agricultura, que estamos fortaleciendo desde tiempo atrás”.

Sobre la integración de estos pilares frente a la emergencia, el ministro recalcó que “estamos trabajando en una política que busca soluciones basadas en la naturaleza, es el resumen del ejercicio de sostenibilidad que estamos trabajando” Esto, añadió, porque “si en el campo no entendemos de dónde viene el agua, dónde se recargan los acuíferos, si no entendemos qué es lo que tenemos, para garantizar competitividad, conservar y hacer un uso sostenible de los recursos, vamos a seguir teniendo situaciones complejas, porque un ecosistema enfermo genera una comunidad enferma o un campo enfermo”.

Adicionalmente, Lozano hizo énfasis en que “desde el Ministerio tenemos la directriz de que el campo no puede parar, tenemos que facilitar la comisión de la seguridad alimentaria. Se ofrecieron todas las facilidades para garantizar el abastecimiento pero, como bien lo dijo el ministro Zea, la preocupación es también por el consumo. Por eso, estamos fortaleciendo el consumo de negocios verdes, en ese programa tenemos casi 2.000 negocios” y se refirió a la necesidad de hacer alianzas y desarrollos tecnológicos, con el fin de que la gente pueda acceder a los productos orgánicos que demanda a través de herramientas virtuales.

Además, el titular de la cartera ambiental se refirió a la aprobación de más de 3 millones de euros de la Unión Europea para apoyar a las comunidades campesinas y solventar sus necesidades, y recalcó que “no nos estamos quedando solo en fortalecer los negocios verdes, sino también estamos trabajando en el pago por servicios ambientales”, para quienes restauren cuencas y suelos.

Como ejemplo, Lozano presentó el caso del Amazonas donde, en el ejercicio de buscar un equilibrio entre conservación y producción, se presentará una línea de créditos de fácil acceso para los campesinos de la mano del Banco Agrario, donde se compensará el 50% del crédito por acuerdos de conservación. Así mismo, se refirió a los proyectos que buscan fomentar el papel de las mujeres cabeza de familia y los jóvenes, pensando en garantizar la seguridad alimentaria de forma sostenible.

Para cerrar su intervención, el ministro citó un estudio que señala que “en aproximadamente 40 millones de hectáreas, las mujeres podrían incrementar el rendimiento en 26%, reduciendo en aproximadamente 2 gigatoneladas las emisiones de CO2”, por lo que destacó la importancia de invertir en la mujer.

Por su parte Marcelo Altieri, presidente de Yara, anotó que la compañía está comprometida con la agricultura sostenible, y que “la misión de Yara es la de alimentar al mundo de forma sostenible”, y agregó que la mitad de los alimentos que se generan en el mundo son producto de la fertilización mineral.

Además, el presidente de la empresa recordó que “más de 800 millones de personas se van a la cama con hambre en el mundo, por lo que tenemos que producir más alimentos, pero de manera sostenible, al disminuir las emisiones de dióxido de carbono. Por eso, hemos traído desde Noruega para producir fertilizantes con la menor cantidad de emisiones”.

Sobre la pandemia, el directivo resaltó que “vemos el covid como una oportunidad de resaltar el trabajo que se hace en la agricultura. Colombia tiene más de 40 millones de hectáreas de frontera agrícola, y el sector rural debe ser el motor económico que tanta falta hace”. Así mismo, agregó que “la crisis nos ha ayudado a compartir conocimientos agrónomos a través de plataformas digitales. Estamos capacitando agricultores jóvenes, hemos impactado a cerca de 42.000 cultivadores con el programa de Transferencia de Conocimiento Digital. De ese grupo, 14.092 mujeres también fueron capacitadas”.

Altieri, además, recalcó que “Yara está produciendo tecnología de punta en Colombia. Tenemos acá los mejores productos y además amigables con el medio ambiente, por lo que el trabajo de los colombianos hace posible una solución sostenible”.

A la pregunta sobre la reacción del sector agrícola ante el covid-19, el presidente de la SAC, Jorge Enrique Bedoya, anotó que “esta situación del coronavirus lo que ha dejado claro es que el sector del agro debe ser prioritario para el país. Lo que vemos es una oportunidad, porque los patrones de consumo por esta pandemia van a cambiar”.

En ese sentido, el directivo gremial anotó que “con la pandemia hemos tenido toda la producción caminando, debemos mirar cómo los productores son más productivos La pandemia nos va a dejar un consumo afectado y por eso creo que los millones de colombianos que hacen parte de la ruralidad tienen una gran oportunidad y el crédito será una variable fundamental”.

En la misma línea, agregó que “aquí las economías de escala tienen mucho más sentido, pero tiene sentido lo que se haga en materia laboral, el Congreso debe ponerse las pilas para ayudar con las reformas que se requieren”. Además, añadió que “el mayor riesgo que hemos tenido con esta pandemia es el tema de los precios. Hay que ser más eficientes y trabajar para reducir los canales de intermediación en la comercialización para llegar más directo al consumidor”.

Aportando la perspectiva del sector privado, el directivo de Yara destacó que “para poder exportar y tener esa competitividad que tanta falta hace hay que mejorar la productividad, usando productos más amigables con el medio ambiente. Colombia debe transformarse en ese productor sostenible de alimentos para poder transformar el sueño de ser la despensa alimentaria del mundo en realidad”, y agregó que “Colombia tiene todo y esta coyuntura nos dio la oportunidad de saber cuál es la forma de cultivar los alimentos”.

Sobre el aumento de precios de los alimentos, y la posibilidad de que esté en riesgo la seguridad alimentaria del país, el ministro de Agricultura señaló que “analizando las cifras de aumento de inflación que fue la más baja en muchos meses, pero alimentos fue más de 2% lo que podemos decir es que en esta época de la crisis se ha mantenido el abastecimiento, la producción, tenemos inventarios y distintos ciclos en varios momentos. Al inicio de la primera cuarentena se produjo nerviosismo que generó que la gente se sobreabasteciera en alimentos, seguridad y aseo. Eso pasó a un aumento de precios en esos bienes. Luego, no hubo una disminución como se esperaba tras entender que habrá abastecimiento”.

El titular de la cartera, además, agregó “el gobierno tomó la decisión de un decreto para que haya necesidad de bienes como salud y alimentos, 12 productos que monitoreamos, dentro de los que están en la subida de precios, como arroz y huevos. En el informe del Dane está saliendo la carne, algo de cebolla, papa y arveja”.  Al respecto, entonces, explicó que “en este momento hay una distorsión en la demanda, la gran mayoría de los colombianos bajó el ingreso, ante eso los colombianos ahorran y gastan en lo necesario. Y hay bienes alimenticios como el arroz, y eso hace que haya presión a la demanda de esos bienes. Y eso hace que suban de precio”.

Sobre las acciones del Ministerio, Zea recalcó que están haciendo “una planeación en arroz, las importaciones de arroz están abiertas, tenemos contingentes de arroz, en Perú y Ecuador, si hay necesidad”.

Por su parte, Lozano complementó diciendo que “desde nuestra experiencia, ciertos productos se disparan de precio frente a la expectativa o miedo que existe por la pérdida de la cosecha o no productividad. Acá lo importante es el proceso de vigilancia y control y monitoreo de estos 12 productos, entendiendo este fenomenos”. En este instante “una de las lecciones aprendidas es que tenemos que confiar en la ciencia, los institutos de investigación, que nos cuentan sorbe las condiciones que ponen en riesgo la saludad y productividad, por eso tenemos sistemas de alerta temprana con climas y productividad, ya tenemos los informes agrometereológicos”.

El ministro de Ambiente, además, resaltó que “las lluvias van a estar por debajo del promedio, hay que aprovechar las lluvias de mayo y guardar el agua porque estará por debajo del promedio y entra la temporada seca de mitad de año. Ante la especulación está la preparación y la prevención”.

Sobre la necesidad de una reforma integral del sector rural, Bedoya anotó que “más que una reforma rural integral hace falta ejecutar las cosas que ya están
El Congreso está en deuda y el Gobierno también, porque desde julio de 2018 radicaron una Ley de tierras y en este momento, mayo de 2020, dejaron hundir esa ley”.

En esa línea, agregó que “este país no puede ser complaciente con la informalidad en el campo. Entendemos que los presupuestos son limitados, pero si queremos ver al campo como sector estratégico también se requiere de presupuesto y de decisiones”.

Al respecto el ministro Lozano recalcó la creación del Consejo Nacional de Ordenamiento de Áreas Rurales, al que asisten todos los ministros, y destacó el espacio como una posibilidad de integración de todas las carteras centrada en los temas que son de beneficio para el campo, como las vías terciarias y los acueductos rurales, entre otros.

Lozano, además, anotó que parte del problema del país es el fenómeno masivo de apropiación ilegal de tierras, especialmente en las regiones de la Orinoquía y Amazonas, “donde hacen tráfico ilegal de especies y quemas para apropiarse de los terrenos. La única forma de solucionar ese tema es tener legalidad, y ese es el propósito fundamental del catastro multipropósito, que permite hacer seguimiento a la productividad y tenencia de las tierras. Hemos recibido ya un apoyo de más de US$57 millones del Reino Unido para este fin”.

Finalmente, el ministro Zea cerró el bloque anotando que “en esta época de siembra y no de cosecha tenemos activos contigentes de importación por la demanda de arroz, necesitamos tener inventarios por hasta tres meses. Estamos en la época de siembra, esperamos que se siembren hasta 540.00 hectáreas de arroz para que en el resto del año no tengamos problemas de arroz, los precios deben tener a bajar. Es un trabajo de coordinación permanente con productores y agroindustriales. Sobre el arroz, muy demandado, tenemos un monitoreo prácticamente diario”.

Por su parte, el presidente de Yara dijo, sobre la reforma rural, que “lo primero es que hay que fomentar la producción nacional y apoyar la infraestructura de apoyo a la agricultura. Hay que hacer una buena extensión del conocimiento hacia los agricultores, pues sin conocimiento no hay ese crecimiento”.

“Es importante recibir inversión y por eso la Ley de tierras era una muy buena oportunidad para apoyar a esos agricultores a que produzcan de manera sustentable. Sabemos que hay una brecha entre la productividad de Colombia y de los demás. Necesitamos contar con tecnologías que no solo sean  útiles sino también amigables con el medio ambiente. Hay que trabajar en pro del cambio generacional y del emprendimiento. Hay que atraer a los jóvenes a través de plataformas digitales”, agregó, y concluyó que “no hay que acordarse del campo solo en los momentos difíciles”.

Sobre la Ley de tierras, el Ministro Zea anotó que “ya se presentó, no tuvo el trámite adecuado, la tenemos aquí en el Ministerio y la estamos revisando para presentarla nuevamente. Esta Ley de tierras tiene temas de trabajo con comunidades y conceptos previos para poderla presentar. En ese sentido, cuando el Ministerio normalice aprobaciones de normas podríamos entrar a presentar esta ley de tierras nuevamente en coordinación con diferentes ministerios”.

Por su parte, el ministro Lozano dijo que “no solo es la Ley de tierras, es también los programas que ya venimos trabajando, no hay que quedarse solo en si se aprueba o no la Ley de tierras, sino está la necesidad de avanzar hacia una agricultura sostenible, esto solo se puede dar si se empiezan a transformar las prácticas”.

Además, recalcó que “55% de los gases invernadero vienen del mal uso de suelos y tierras, no solo de actividades del campo, también de la deforestación. Ahí tenemos un reto muy importante, y ahí tenemos el trabajo hacia la transición, la multiplicación y el escalamiento de programas silvopastoriles, donde el ganado pueda vivir en el bosque, como se ha demostrado que es posible, igual con la transformación hacia agricultura de bajo impacto”.

Finalmente, sobre la mayor oportunidad del sector agropecuario, los panelistas coincidieron en afirmar que es la empresarización del sector, la formalización, y la inclusión de mujeres y jóvenes en el sector, para que encuentren una verdadera oportunidad en el campo.

Artículo tomado del Diario La República. LAURA VITA MESA – LVITA@LAREPUBLICA.COM.CO – miércoles, 6 de mayo de 2020


Conservación y almacenamiento de las frutas

Las frutas frescas no necesitan condiciones especiales de conservación (basta con lugares frescos, secos y protegidos de la luz solar), aunque podemos guardarlas en la parte menos fría de la nevera, siempre aisladas de otros alimentos para aumentar su vida útil.

  • Frutas delicadas: hasta 2 días (fresas, moras, etc.)
  • Frutas con semilla grande: hasta 7 días (ciruelas, albaricoques…)
  • Cítricos: hasta 10 días (naranjas, mandarinas, limón y lima, etc.)
  • Bananos: se ennegrecen si los guardamos en la nevera, eso sí, sin perder su calidad nutritiva. El oscurecimiento de la piel puede evitarse si los envolvemos en papel de periódico.

No debemos guardar juntas frutas de corta conservación (plátanos, melocotón, peras…) con las de larga conservación (cítricos, manzanas…), ya que pueden producirse sabores extraños y deteriorarse más fácilmente.

Cuando se dispone de más fruta de la que se puede consumir o se desea degustar una fruta de temporada en otra época del año, podemos recurrir a la congelación. Las frutas más adecuadas para la congelación son: piña, manzana, albaricoque, cítricos y fresa. Respecto al grado de maduración, generalmente la fruta se considera apta para la congelación cuando ha alcanzado el momento apropiado para su consumo fresco.


Entrevista: Sofía González

All children, except one, grow up. They soon know that they will grow up, and the way Wendy knew was this. One day when she was two years old she was playing in a garden, and she plucked another flower and ran with it to her mother. I suppose she must have looked rather delightful, for Mrs. Darling put her hand to her heart and cried, “Oh, why can’t you remain like this for ever!” This was all that passed between them on the subject, but henceforth Wendy knew that she must grow up. You always know after you are two. Two is the beginning of the end.

Mrs. Darling first heard of Peter when she was tidying up her children’s minds. It is the nightly custom of every good mother after her children are asleep to rummage in their minds and put things straight for next morning, repacking into their proper places the many articles that have wandered during the day.

If you could keep awake (but of course you can’t) you would see your own mother doing this, and you would find it very interesting to watch her. It is quite like tidying up drawers. You would see her on her knees, I expect, lingering humorously over some of your contents, wondering where on earth you had picked this thing up, making discoveries sweet and not so sweet, pressing this to her cheek as if it were as nice as a kitten, and hurriedly stowing that out of sight. When you wake in the morning, the naughtiness and evil passions with which you went to bed have been folded up small and placed at the bottom of your mind and on the top, beautifully aired, are spread out your prettier thoughts, ready for you to put on.

I don’t know whether you have ever seen a map of a person’s mind. Doctors sometimes draw maps of other parts of you, and your own map can become intensely interesting, but catch them trying to draw a map of a child’s mind, which is not only confused, but keeps going round all the time. There are zigzag lines on it, just like your temperature on a card, and these are probably roads in the island, for the Neverland is always more or less an island, with astonishing splashes of colour here and there, and coral reefs and rakish-looking craft in the offing, and savages and lonely lairs, and gnomes who are mostly tailors, and caves through which a river runs, and princes with six elder brothers, and a hut fast going to decay, and one very small old lady with a hooked nose. It would be an easy map if that were all, but there is also first day at school, religion, fathers, the round pond, needle-work, murders, hangings, verbs that take the dative, chocolate pudding day, getting into braces, say ninety-nine, three-pence for pulling out your tooth yourself, and so on, and either these are part of the island or they are another map showing through, and it is all rather confusing, especially as nothing will stand still.

Of course the Neverlands vary a good deal. John’s, for instance, had a lagoon with flamingoes flying over it at which John was shooting, while Michael, who was very small, had a flamingo with lagoons flying over it. John lived in a boat turned upside down on the sands, Michael in a wigwam, Wendy in a house of leaves deftly sewn together. John had no friends, Michael had friends at night, Wendy had a pet wolf forsaken by its parents, but on the whole the Neverlands have a family resemblance, and if they stood still in a row you could say of them that they have each other’s nose, and so forth. On these magic shores children at play are for ever beaching their coracles [simple boat]. We too have been there; we can still hear the sound of the surf, though we shall land no more.

Of all delectable islands the Neverland is the snuggest and most compact, not large and sprawly, you know, with tedious distances between one adventure and another, but nicely crammed. When you play at it by day with the chairs and table-cloth, it is not in the least alarming, but in the two minutes before you go to sleep it becomes very real. That is why there are night-lights.

Occasionally in her travels through her children’s minds Mrs. Darling found things she could not understand, and of these quite the most perplexing was the word Peter. She knew of no Peter, and yet he was here and there in John and Michael’s minds, while Wendy’s began to be scrawled all over with him. The name stood out in bolder letters than any of the other words, and as Mrs. Darling gazed she felt that it had an oddly cocky appearance.